MONICA BEDMAR

Algunas personas no deberían desnudarse: enseñar las estrellas es de mala educación. 

Mujeres de este tipo se delatan en verano, cuando saltan a la calle con el revés del 

cuerpo colmado de faroles; a la vista de todos, como pequeños plagios de Seurat. 


Como si el firmamento no fuera, de por sí, una violenta distracción. 


Este barrio se va a pique; no hay quien abra la ventana. Y no, no podría ser peor.

Epidemias de vigilia. Accidentes en cadena. El planetario, sin audiencia.

Ya nadie recuerda - qué tragedia - en qué consiste el oficio de un sereno.


Texto de

@piluro con la que tuve varias conversaciones fotográfico-literarias

como parte del #proyectosomni


"Me recuerdas a alguien. A tu madre, creo, y a la silueta nevada de Montserrat.

¿Te lo han dicho alguna vez? 


Eres clavada a la sierra después del temporal, a la tierra firme de una cordillera.

Y no te movería ni una ermita, ni una constelación, ni uno solo de tus peregrinos.


A veces, así tendida, parece que existieras desde siempre, que vinieras de lejos, como la palabra madre.

Debe de ser agotador sostener tanto tiempo las enaguas y los ríos, mantener la ingravidez.

Me pregunto si no te cansas también de escuchar, únicamente, un solo de tambor. Pum, pum. Pum, pum.

Estás preciosa cuando lates. Estás preciosa y submarina.

Ahora, silencio. Claqueta: se vuela." 


Texto de @piluro

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